Saulopolis. Mi urbe. Donde todo es posible.
Un lugar para buscar la excelencia sin pretensiones.

13 de mayo de 2014

Decepciones liberadoras

+ Escribe un comentario
Imagino que fijarnos expectativas sobre las personas es natural.

Esperar de ellas lo mejor, loable. 

Temer de ellas lo peor, insoportable.

Si te paras a pensar en la cantidad de mensajes breves, silenciosos, cuasi imperceptibles, que nos llegan cuando tratamos con las personas, el que un día nos decepcionen tampoco debe sorprendernos. 

Dicho esto, debería liberarnos.

No será ninguna sorpresa que el soberbio acabe ofendiendo.

No será ninguna sorpresa que el desagradecido acabe no agradeciendo.

No será ninguna sorpresa que el ignorante acabe poniéndose en evidencia.

Solamente se materializará lo que nos llevan anticipando un tiempo.

La proximidad con las personas que atraen es reconfortante. La distancia con las personas que no calan, prudente.

Presta atención a todos los pequeños gestos que recibes de aquellas personas a las que le dedicas tiempo e interés. Si algún día te decepcionan, te estarán liberando del compromiso que les habías ofrecido.
5 de mayo de 2014

La ventana de tiempo

+ 1 comentario
¿Has hecho algo nuevo en los últimos 30 días?

A lo mejor es difícil repasar la agenda si no tienes una. Igual resulta algo confuso ver qué has venido haciendo, si siempre haces lo mismo.

Creo que a todos nos sienta bien seguir una rutina, ese orden natural de los días que nos permite avanzar sin sentirnos dispersos. 

Rutina, agenda, agenda, rutina y, aún así,  nos puede el desorden. Quizás no tanto de todo tirado pero a lo mejor si de tiempo tirado.

Con esa idea rondándome la cabeza, me dí un mes para observar como se llenaba esa agenda...

Sorpresa!! Cosas grandes y cosas pequeñas. 

Por fin aprendí una funcionalidad de office que llevo años intuyendo que existía y que no encontraba quién me la enseñara: 6 horas.

Me leí un libro: dos vuelos y una tarde.

Conseguí ver como funciona de verdad, ¡¡¡y digo de verdad!!, una idea que lleva años moviéndome a buscar a alguien que supiera plasmarla: 2 horas.

Le arranqué dos sonrisas en una tarde a mi abuela: 104 años.

No tengo tiempo para perder el tiempo!! 

Tanto tiempo soñando ver, hacer, comprobar..,

Tantas cosas, pequeñas cosas que hacen disfrutar de cada momento.