Los logros de mis amigos son míos también.

Tenemos que creer en nuestros sueños personales a pesar de que nuestro entorno esté salpicado de incrédulos con intención de minar nuestra visión.

Aun así, mi optimismo es innato.

Encontrar amigos que crean en las posibilidades que ofrece la ilusión combinada con el talento y la energía la multiplica infinitamente.

Compartir ese optimismo y conseguir que mis amigos logren todos sus sueños es un objetivo fundado y razonable después de vivir mi experiencia.

En la foto aparece mi amigo y mentor, Malcolm Aw, a los 29 años en un artículo del Sunday Times (que no es el clásico periódico local) en el año 1976. Tras haber fundado una empresa especializada en conseguir "lo imposible", a petición de un cliente se vio obligado a buscar la manera de volar entre Londres-NY por un precio irrisorio... Y nació la industria Low Cost. Era 1976. En la fecha de publicación fletaba dos aviones semanales con una media de 186 pasajeros (en ambas direcciones).

Todo es posible. Hace tiempo que dejé de compartir los logros que él había compartido conmigo porque poca gente parecía creer en semejantes logros.

Hoy me rebelo contra todo y comparto todos lo logros que se me vienen a la mente. Logros conseguidos por mis amigos en este año. Logros que han hecho muchos sueños realidad. Logros que han acercado a la realidad a muchos amigos.

Ser optimista es una gran inversión. La más rentable cuando el dinero escasea. Confía en ti mismo, todo está a tu alcance. 

Mi hermana Tenesoya encuentra la estabilidad en un trabajo en Botsuana.

Mi amigo Caco florece y se consolida como consultor online.

Mi amigo Fer se supera y hace de su hobbie su trabajo.

Mi amigo Dan se mantiene fiel a su humildad y esta lo salva de una avalancha de envidia destructiva.

Mis amigos Francisco y María José recuperan la vida después de haberla entregado para salvar la empresa.

Mi amigo Luis toca techo en una empresa líder habiendo comenzado ese camino guiado por una ilusión.

Mi amigo Saulo ha re-aprendido a vivir sin miedo.

Feliz 2014 plagado de sueños y logros.

Crítica a la crítica

Sobre la crítica, dos cosas: quién la hace y porqué la hace.

La crítica deportiva más dañina que recibí en mi etapa de jugador de baloncesto me la regaló un entrenador que jamás supo crear escuela, hacer equipo o identificar y proyectar el talento. 

Gracias a ello jugué en la selección de Canarias, fui subcampeón nacional tres veces, jugué en una universidad Americana y recibí una oferta profesional en Portugal.

La crítica profesional más agresiva que recibí en mi carrera me la regaló una persona que no había trabajado un solo día en su vida en un trabajo serio, ha intentado dos oposiciones y tres años después sigue en paro perpetuo.

Gracias a ello abandoné una actividad profesional que me quitó más de lo que me dio, reorienté mis prioridades personales y recuperé mi estabilidad económica.

La crítica en boca de ineptos suele ir en compañía de una proyección de sus carencias y temores.

Dependerá de nosotros saber reaccionar correctamente ante las críticas (negativas) para convertir el recelo ajeno en motivación propia.

Piensa en las últimas críticas que hayas recibido...

¿Que harías con la energía que derrocharon en semejante proyección?

Tener preferencias

A veces pienso...

Prefiero amar en silencio que querer a gritos.

Prefiero decir adiós que sentir "te odio".

Prefiero confiar ciegamente que dudar abiertamente.

Prefiero darlo todo y no recibir nada que no dar nada y esperarlo todo.

Prefiero hacerte pensar que darte la razón sin tenerla.

Prefiero entrenar duro y jugar holgado a entrenar a medias y esperar jugar mejor.

Prefiero conseguir cada meta a que la meta sea solo conseguir.

Prefiero preferir a no tener opciones.

Prefiero soñar despierto que despertar sin sueños.

El silencio

Nunca estaré solo estando en silencio.

El silencio es una terapia. Te obliga a escucharte. Te impide no oírte. Evita diálogos interiores sordos. 

El silencio es un arma. Te defiende de reacciones indebidas. Te protege de malas interpretaciones. Obliga a que la otra parte confiese.

El silencio es una herramienta. Ayuda a que las palabras tengan sentido. Facilita que los mensajes lleguen. Apoya fielmente cualquier verdad.

Muchas veces, lo mejor es guardar silencio. Te ayuda a dejar de oir el ruido.

Agredecer sin más

Esta semana ha sido muy especial porque las señales de agradecimiento que he recibido hacen que el 2013 haya sido un año lleno de valor para varios de mis clientes.

Lo normal en las vidas profesionales de muchos de mis colegas y colaboradores es que busquen hacer clientes a muchos de sus amigos (por contactos, con el fin de usar el mismo término).

A mi me pasa algo especial por ser lo opuesto. Desde hace varios años, la relación que desarrollo con mis clientes los convierte en mis amigos.

Quizás no todos para ir a comer los sábados o compartir tardes de fútbol, pero si para compartir una implicación total en mejorar los resultados de sus empresas y la calidad de sus vidas.

Y lo digo porque siento su agradecimiento. Me contagian su ilusión. Comparten conmigo sus planes y quieren que forme parte de su futuro.

A todos ellos, les envio todo mi agradecimiento. No hay mejor forma de corresponder su amistad.

De nuevo, la confianza.

¿Cómo vas a hacer crecer tu vida o tu negocio si te rodeas de clientes y personas que no confían en la calidad de lo que ofreces?

Será complicado, me oigo pensar. Y también me rebato en lo profesional, ¿y el dinero no importa?

Pues no tanto como seleccionar clientes que confían en tu trabajo. No dejar que sean ellos quien te seleccionen a ti exclusivamente.

Cuando oí la expresión "despedir al cliente" entendí que ocurre lo mismo en nuestras vidas.

Llenamos nuestras vidas de rutinas, cargas emocionales, objetivos y personas. Acumulamos continuamente. Y luego llega un día en el que no cabe nada nuevo y nos resentimos.

Nos sentimos saturados de "cosas" y faltos de tiempo, sobre todo, para nosotros mismos.

Lo mismo pasa en lo profesional. Trabajamos duro, captamos clientes, facturamos más, hacemos cosas nuevas, más cosas en total y se llena nuestra agenda. De nuevo falta el tiempo.

Llegados aquí, me reafirmo en que es necesario "limpiar el armario". Hacer espacio para cosas nuevas.

Quedarnos con lo que más nos llena y lo que nos permite dar lo mejor de nosotros a los elegidos que decidimos retener.

Somos libres. Libres de decidir y de confiar. Siempre todo me lleva al mismo sitio... De nuevo, la confianza.

Influencia sutil

Resulta bastante difícil imponer criterios en la era de la información.

Cada persona tiene la oportunidad de preguntarle a Google, contrastar historias en Facebook, ver cuanto Klout tiene su perfil online o navegar y navegar en la red hasta que encuentre lo que quiere oir aunque no sea lo mejor para si misma.

Y luego esta la capacidad de influencia. La capacidad de forzar la reflexión, de generar la acción o paralizarla, de arrancar un compromiso y conseguir la implicación.

Resultará siempre más productiva la influencia cuando se ejerza con consideración y sutileza que cuando se imponga jerarquicamente.

En mi experiencia, influir es apoyar. Dejar hacer e ir corrigiendo. Hacer ver y acompañar. 

Influir es liderar en silencio. El silencio que hace falta para escuchar y poder seguir influyendo.