Saulopolis. Mi urbe. Donde todo es posible.
Un lugar para buscar la excelencia sin pretensiones.

23 de julio de 2014

Empatía subyacente

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Me sorprende reconocer que la idea de vender siempre ha supuesto un reto.

A puerta fría, intimida. Por muy buena que sea la propuesta, el interlocutor no deja de estar a la defensiva.

Aún así, tocándome el ataque, el miedo al rechazo intenta asomarse a ver que tal. Oximoron de intenciones.

Otra cosa distinta es que se acerquen en busca de tu producto. A la defensiva parece que esta uno, bajo el escrutinio inquisitivo.

Y mi favorita es la que ocurre pero no se tiene en cuenta. La que es producto de la empatía subyacente.

Una mirada, una venta. Lo mejor de todo es que no hablo de dinero, hablo de compromiso.

Vender compromiso a los demás es un riesgo. Lo pueden tomar o no quererlo, como todas las demás cosas a la venta.

La diferencia es que el compromiso que vendemos solo se compra si generamos empatía. Para vender más, ya sea ideas o servicios, menos agresividad y más empatía. A cualquier nivel.
20 de julio de 2014

Por arte de magia

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Nada ocurre por arte de magia.

Los logros más sabrosos son lo que tienen mucha cabeza, el esfuerzo justo y algo de magia, la de las personas que contribuyen al éxito.

No basta con tener la buena idea. No basta con trabajar el triple. No basta con heredar. No basta con copiar. No basta con imitar. Y tampoco basta con suponer.

Es solo cuestión de hacer.

Pensarlo esta bien, ya no podremos decir que no teníamos ni idea.

Decirlo esta bien, crea una especie de compromiso con uno mismo (y el que lo pueda oír).

Imaginarlo esta bien. Todo lo que se imagina es o será posible.

Mientras tanto, manos a la obra. Vamos a hacerlo como por arte de magia.


5 de julio de 2014

Olvidar

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Hay que olvidar para poder aprender.

Nos han enseñado a no olvidar, a acumular. Tanta carga nos ralentiza, nos impide ser flexibles para absorber los nuevos datos. Analizar nuevos contextos. Sacar nuevas conclusiones. 

Olvido lo aprendido para aprender lo nuevo y desconocido.

Aprender no consume espacio aunque ocupa RAM. Y sobre todo, consume ilusión. Nuestro combustible para vivir, eterna fuente de motivación.

¿Te contagias? ¿Contagias? Quién es tu fuente? ¿Quién te ayuda a olvidar lo obsoleto? ¿Quién te hace aprender a asumir nuevos retos?