La decisión correcta

Si lo piensas en frío, tomar una decisión entre posibilidades infinitas de consecuencias no parece una tarea fácil.

Aún así, acertar con la decisión correcta se puede convertir en un arte.

El arte de estar vivo. El arte de estar conectado. El arte de percibir. El arte de construir sueños. 

El arte de vivir conectado, contagiado de sueños e ilusiones, receptivo a las oportunidades y con los pies en el suelo, nos acerca a las decisiones adecuadas.

Difícilmente acertaremos si no nos escuchamos, si no nos observamos.

Es difícil conectar con la realidad si no sabemos conectar con nosotros mismos.

Las redes sociales, lo que hacen los demás, podrán hacerte sentir que estas conectado pero sin duda no será una conexión que te lleve a conseguir tus sueños y acertar con tus decisiones.

Sentirás el alivio de pertenecer y la paz de compartir. Y al final del día estarás sol@ y habrá que volver a tomar decisiones.

Y volvemos al principio, infinidad de posibilidades para cada decisión. 

Comparte las inquietudes, alivia tu ansiedad, contagia tu optimismo y decide por ti mism@.

La decisión correcta siempre esta dentro de ti.

Perspectiva

Para mejorar el criterio con el que tomar decisiones importantes, toma perspectiva.

Cuando juegas al ajedrez con solo moverte en tu asiento parece que el tablero cambia, pero no es así. Lo que cambia es tu manera de ver como los elementos estan situados en las mismas casillas de antes.

Tomar perspectiva es un buen ejercicio de autocontrol y supone una oportunidad  para mejorar el resultado de cualquier decisión.

Los ingleses dicen "too close to the trees to see the forrest" y, esta vez, la traducción al español es literal: demasiado cerca de los árboles para ver el bosque.

Siempre he preferido ver el bosque aunque, más de una vez, me he topado con un árbol gigante en el camino.

Y en estos casos, no hubo oportunidad de ser leñador. Lo curioso es que dando algunos pasos hacia atrás, apareció una vereda nítida y clara entre tanto tronco.

La primera batalla

Quizás la primera batalla que tengas que ganar para lograr tus objetivos sea contra ti mismo.

La resistencia que los humanoides ejercemos ante las situaciones de cambio supone una barrera difícil de franquear aunque no debiera de ser así.

Todos estamos cómodos con la noción de una rutina. 

Conocer los acontecimientos futuros elimina el riesgo y nos permite bajar la guardia o, por lo menos, respirar libremente hasta llenar los pulmones.

Para gestionar los hábitos que, aunque cómodos y rutinarios, en cierta medida nos limitan porque no explotan nuestro potencial, siempre podemos hacerlo a través de los esfuerzos conscientes por aprender nuevas habilidades o perseguir nuevos objetivos.

Y aún así, hay que tener en cuenta que la ambición es un arma de doble filo. 

De una forma desmedida puede robarte todo lo que tienes y quitarle el sabor a lo más simple de la vida.

En su ausencia, al igual que la inflación, usando un analogía que todos entendemos, hará que tus recursos personales y profesionales cada día valgan menos.

10 años haciendo lo mismo de la misma manera y nada tendrá sentido ya que tus clientes habrán cambiado de perfil, tus productos habrán evolucionado y tu competencia más innovadora te habrá arrollado.

Y volviendo al principio, todo depende de ti. 

Puedes librar la batalla por aprender nuevas habilidades.

Puedes librar la batalla por entender mejor lo que tus clientes necesitan.

Puedes librar la batalla por cambiar lo que no funcionará en un futuro próximo antes de que sufras las carencias.

Incluso puedes librar la batalla contigo mismo por saber como invertir en tu desarrollo personal, modelar tu auto-liderazgo y conseguir nuevos objetivos.

Aunque claro, esa es la primera batalla.

Mentalidad de socio

La verdad es que, "en principio", no tendrías que dar nada que no se te pidiera.

Tampoco tendrías que hacer más de lo que se supone que debes de hacer.

En resumen, dar lo justo a cambio de lo que se reconoce.

Y entonces no tendrías mentalidad de socio. 

Lo común es que, mirando a nuestro alrededor, percibamos la desgana con la que nos prestan servicio. El camarero de cara agotada, el empleado distraído, el funcionario altivo y el taxista eternamente enfurecido.

Todos soportamos alguna carga. Todos tenemos compromisos. Todos sufrimos decepciones. Pero no todos somos consecuentes.

Si en vez de tratar la vida como si siempre se fuera un empleado (por cuenta ajena que recibe órdenes continuas) se tratara con mentalidad de socio (el propietario o accionista de un proyecto, tu vida) seguro que las oportunidades de avanzar aparecerían con más frecuencia.

No podemos esperar recibir 10 dando 2. Que reconozcan nuestra labor si no invertimos en demostrar lo valiosa que es. Que nos elijan entre las alternativas si no destacamos en el colectivo.

Si no encuentras alguien con quien pactar los compromisos, asociate contigo mismo. Te regalarás la oportunidad de ser el dueño de tu proyecto y el mejor accionista de tu felicidad.

Exceso de entropía

Entropía: f. Fís. Magnitud termodinámica que mide la parte no utilizable de la energía contenida en un sistema.

¿Cómo estan tus niveles de entropía?

Se podría decir que la individualidad es el eslabón de una cadena que forma la cohesión de un grupo.

Empezando desde las necesidades más básicas, primero las de uno mismo y luego las de los demás.

Cuando un grupo de personas se juntan para formar un equipo con un objetivo común, todo lo que no sea alinear los criterios y compartir la carga de una forma equitativa, va a generar elevados niveles de entropía.

Se empezarán a crear diálogos internos silenciosos, cargas emocionales improductivas y distancias invisibles que restarán al producto del grupo.

Como primero siempre uno mira hacia dentro y, en algunos casos, siente hacia dentro, escudándose en la individualidad propia de ser eslabón empezará a acumular entropía.

Su rendimiento se verá limitado mientras que su potencial se mantendrá intacto.

Para evitar que la capacidad de tu equipo se reduzca, dedícale tiempo a definir y comunicar las competencias de cada rol.

Cuando no hacemos lo que nuestro rol nos exige, pasamos de generar energia a generar entropía.

Tecnología de Startup

Solo con pensarlo, ya casi es posible... 

mundocaco.com lo sabe. Basta con pensarlo para empezar a crear una realidad.

Si cada día lo piensas con frecuencia, cuando te des cuenta, estarás escribiendo la lista de tareas necesarias para saber un poco más.

Saber más, inquieta. Y la inquietud mueve a las personas. El movimiento es acción. De repente, estás haciendo lo que habías pensado y ya nada parece un sueño.

Hasta los que ganan Oscars agradecen a sus madres el haberles enseñado a soñar. Soñar es de sabios. Imaginar es inteligente. Innovar es exigente.

La clave de una startup es combinar un sueño, tecnología y una inteligencia innovadora.

Igual ya llevas 2 startups en tu vida y no lo sabes. La tecnología que todos tenemos es la emocional.

Nueva tecnología para sintetizar contenido más rápido. Captar palabras sueltas en una nube de textos y anticipar el comportamiento. Almacenar largas cadenas de datos y rescatarlas parcialmente en movimiento para completar nuestras excusas.. o nuestros motivos.

Todo es posible desde la tecnología. 

Todo es posible desde la inteligencia emocional.

Incluso tener éxito con una startup.