Saulopolis. Mi urbe. Donde todo es posible.
Un lugar para buscar la excelencia sin pretensiones.

28 de febrero de 2014

Porque a mi...

+ Escribe un comentario
Todo lo bueno te puede pasar a ti.

No hay nada escrito sobre quién debe recibir más o menos.

No siempre uno recibe lo que merece aunque, suele ser que, cuando mereces  lo que recibes te conviertes en mejor persona.

No hay nada malo en aprender de las adversidades.

No hay nada de malo en aprender de los errores.

Y no pares a preguntarte, ¿porqué a mí?

Pregúntate, ¿qué lección puedo aprender? 

Pasa de la pregunta de la víctima, ¿por qué a mí?, a la afirmación del protagonista porque a mi...

Todo lo bueno te puede pasara ti.

25 de febrero de 2014

Maslow y la Gestión de la Piramide

+ Escribe un comentario
Todos conocemos la teoría de la pirámide de Maslow: las personas tenemos una serie de necesidades que van variando a medida que vamos cubriendo las capas inferiores de la pirámide.

1. Necesidades fisiológicas
2. Necesidades de seguridad
3. Necesidades de pertenencia
4. Necesidades de autoestima 
5. Necesidades de desarollo
6. Necesidades de auto-realización 

Al tener la oportunidad de tratar con muchas personas, específicamente en este caso en el ámbito profesional, me doy cuenta que la capa que genera un bloqueo es la autoestima.

Pensándolo con algo de perspectiva, cada vez que le dedico tiempo a mi desarrollo, mi autoestima lo agradece y empiezo a sentir el placer de sentirme auto-realizado.

En muchos casos, esta inversión en el desarrollo propio requiere de un esfuerzo y una constancia que se consigue como resultado de una bien considerada autoestima.

Se ve el bucle, ¿correcto?

Autoestima/desarrollo, desarrollo/auto -realización/autoestima. Y otra vez.

Para ayudar a desbloquear la evolución personal hacia lo más alto de la pirámide, me gusta alimentar la autoestima de todos mis interlocutores, ya sean clientes, colaboradores o amigos.

No hablo de endulzarles el oído con lo que quieren oír. Más bien, hacerles pensar en lo que podrían hacer si ampliasen sus miras y gestionasen su economía emocional de una manera más rentable.

¿No suelen ser las personas más cansadas las que proyectan la energía más negativa?

Es obvio, el consumo propio de energía que supone estar despierto cargado de emociones fluctuantes supone que no quede energia para invertir en desarrollo propio.

Siendo consciente de esta ecuación de gasto energético interno, ¿que puedes hacer para equilibrar el resultado?

Tres cosas simples:
1. Elige bien a quién admites en la capa de las relaciones
2. Invierte en las relaciones que refuerzan tu autoestima
3. Rentabiliza tu autoestima optimizando las oportunidades de desarrollo

Si ya lo sabes todo, tus amigos son los mejores y también eres el mejor, Maslow no tiene ni idea. En caso contrario, piensa en como se construyeron las pirámides cuando Maslow aún no existía.


18 de febrero de 2014

Punto de encuentro

+ 1 comentario
Resulta extraño que en los tiempos modernos que corren todavia hayan profesionales que no sepan negociar.

La clásica teoría del ganar-ganar, identificada como la mejor estrategia ante una negociación, parece que todavia tiene recorrido.

El punto de encuentro entre dos partes suele estar cerca del centro, una zona equidistante entre las pretensiones de cada uno.

La posibilidad de acortar esa distancia en favor propio va a depender de la fuerza negociadora que se tenga.

Muchas veces se puede controlar la percepción de esa fuerza con una actitud inteligente, segura y bien medida.

Por el contrario, los talantes autoritarios solo van a fomentar que cada uno se refuerce en sus objetivos, distanciando posiciones. 

Se dice de los chinos que son grandes negociadores porque no tienen prisa. 

Se dice que las mejores peleas son aquellas que se ganan sin tirar un golpe.

Para reforzar tu posición negociadora, mide los tiempos, identifica las debilidades de tu contraparte y prepara concesiones que no te supongan ni coste ni esfuerzo. 

Acércate al centro sin alejarte de tu esquina.
15 de febrero de 2014

Control y Autoridad

+ 1 comentario
Se quiere ejercer el control pero no se tiene la autoridad.

Controlarse a uno mismo ni siquiera está al alcance de todos. Este supuesto no es cuestión de autoridad, es cuestión de compromiso.

Controlar los resultados, igualmente, tampoco depende de la autoridad, depende del grado de conocimiento, la dedicación y el esfuerzo.

Controlar a las personas, como parece más lógico aún, tampoco depende de la autoridad. Observamos como nuestro gobierno intenta utilizar su autoridad para ejercer control pero no lo consigue porque ha perdido su valor moral.

Tener la autoridad para ejercer cualquier tipo de control solo puede tener éxito si dicha autoridad ha sido otorgada.

Algo similar ocurre con la confianza o el respeto. No puedes hacer que confíe en tí o te respete si no considero que te mereces semejante obsequio.

Detrás del afán por tener la autoridad sólo puede haber emociones como el miedo o la desconfianza. 

Por el contrario, ejercer el control es dominar las variables. Entender las reacciones y administrar los estímulos. Observar con perspectiva y llegar al detalle.

Controla tu vida sin necesidad de ejercer ninguna autoridad. 
11 de febrero de 2014

El arte de la prudencia

+ Escribe un comentario
No hay nada como escuchar primero.

En la batalla del diálogo, escuchar primero supone una ventaja.

Resulta más fácil exponer en segundo lugar que inaugurar en frío.

Se da el caso frecuente donde, a pesar de tener la ventaja, el que escucha se precipita a interrumpir y pierde la ventaja de elegir la respuesta.

Me parece más prudente sopesar bien las respuestas. Crear un silencio previo, aunque sea mental. Un segundo.

Si el control entre el estímulo y la respuesta obedece a patrones de elevada inteligencia emocional, seamos inteligentes y meditemos bien las respuestas.

Podemos aislar las explosiones emocionales que generan ruido en la conversación y contaminan el mensaje.

Podemos decir más hablando menos. 

Podemos ser prudentes atreviéndonos a decir lo que de verdad pensamos con total tranquilidad. 

Y no debemos confundir pensar las respuestas con no responder. Suele ser la (falta de) inteligencia emocional que obliga a los interlocutores más suicidas a escupir las respuestas porque callarse sería una muestra de debilidad.

Para mí ser prudente no es ser débil, es ser inteligente.
4 de febrero de 2014

El cuarto asalto

+ Escribe un comentario
Cuando cuento que me apasiona el kickboxing, suelo recibir una reacción de admiración aderezada con sorpresa.

Por norma, recibo dos comentarios. El primero: "¿Cómo te gusta esa violencia?". El segundo: "Pero qué necesidad!"

Pues resulta que lejos de vivirlo como una expresión de violencia, lo vivo como una necesidad para mantener el equilibrio.

E incluso, algo más importante: la determinación de seguir haciendo esfuerzos.

Añadido a los chutes de serotonina, está el auto-ejercicio de mantenerme fiel a la disciplina de hacer un esfuerzo cuando muchas veces no me apetece.

No me apatece porque he trabajado 12 horas ya ese día, 14 el anterior, el fin de semana corrí e hice pesas después de trabajar toda la mañana (cada día) y hoy, precisamente, tengo que hacer 80km de carretera... Excusas.

Siendo positivo y optimista, aún queda un periodo de cinco años (como mínimo) hasta que podamos volver a sentir una tranquilidad fundada sobre nuestro entorno económico-social. 

Tiempo a que las medidas salvajes que se han tomado surtan efecto, porque alguno tendrán, a pesar de los cadáveres que han quedado por el camino. Y sobre todo, tiempo para que nuestra sociedad se dé cuenta de que hay que volcarse con la cultura del esfuerzo.

Este periodo que viene, para mí, es el cuarto asalto

El cuarto porque lo normal son tres. Te preparas físicamente para luchar tres. Tu psicología tiene 9 minutos en mente, 2 de descanso entre medio. Está medido el esfuerzo e interiorizado el ritmo que puedes inyectar al combate.

Y de repente hay un nulo!! Que comience el cuarto asalto.

Podemos estar preparados físicamente para aguantar 3 minutos más de combate, aunque sea a la defensiva y evitando el cuerpo a cuerpo. Pero si nuestra mente no ha sido preparada a través del esfuerzo consciente y constante, es probable que no acabemos el asalto.

El esfuerzo debe ser nuestra cultura. 

Contagia confianza y transmite determinación. El que se hace con ilusión, cuesta mucho menos. El que se hace con constancia, se convierte en nuestro compañero y nunca nos dejará solos en el cuarto asalto.