Saulopolis. Mi urbe. Donde todo es posible.
Un lugar para buscar la excelencia sin pretensiones.

25 de noviembre de 2013

Dream Team

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Para los que son aficionados al baloncesto, el recuerdo de ese grupo de talentosos parece un hecho irrepetible. Jordan, Bird y Magic juntos. Imparable.

Para los que se consideran empresarios, formar un equipo de trabajo cualificado y sincronizado parece un hecho inalcanzable.

Pero no es imposible. El talento llama al talento. La creatividad requiere libertad. Los resultados provienen de la confianza.

Desde el momento que se pretenda dominar el talento, el talento buscará ser libre.

Siempre será más fácil conseguir que el talento se entregue a la causa si la causa es la que atrae al talento.

Parece que nuestro entorno tiene problemas con esta realidad. Reniega de ella.

Quiere que el talento se entregue por menos de lo que vale. No quiere pagar por él.

Le tiene miedo al talento. Puede poner de manifiesto las carencias propias.

Quiere dominar al talento. No tiene presente que el talento domina.

Si estás en la búsqueda del talento, ofrece algo que lo haga venir. Sal a enseñar tu proyecto. Contagia la magia de las posibilidades. 

14 de noviembre de 2013

Llegar lejos

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En afirmativo: quiero llegar lejos.

Me oigo decirlo y me siento bien. No es llegar lejos de irme a Asia. No me refiero a ser presidente (lo siento Rajoy, no eres mi ídolo). Tampoco me refiero a dirigir una gran corporación (por lo menos no la de otro).

En verdad, estoy hablando de lejos en mi universo. Todos tenemos uno.

Algunos no le prestan demasiada atención. Han recibido demasiada información sobre lo importante que es prestarle servicio a la vida de los demás y su universo es cada vez más pequeño.

En estos universos hay poca luz. Las energías son centrifugas y atraen cada vez más pequeños planetas similares, con una cara oscura mientras que la otra parece iluminada. Eso es, parece.

Lo mires como lo mires nunca le dará la luz a todas las caras de un planeta a menos, claro, que seas un sol.

Quiero ser un sol. Atraer planetas en busca de luz. Hacer que se organicen a mi alrededor. Darles vida con mi luz. Mantenerlos calientes con mi radiación. Sentir su presencia hasta que se apague mi luz.

Y aún así, siempre estaremos juntos. Juntos para llegar lejos.
11 de noviembre de 2013

Líderes invisibles

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Rodéate de líderes. Personas que dirigen sus vidas con ilusión y contagian su inercia. Personas que te obligan a ser mejor al ver como ellos luchan por hacer que todo en su entorno mejore.

Y con todo, hay que aclarar ciertos matices. Ser un líder no es tener los recursos, es tener la determinación. Ser un líder no es ser el dueño, es dominar la situación. Ser un líder no es llegar el primero, es saber dónde vas.

Igualmente, hay dos tipos de líderes: los protagonistas y los invisibles.

Los protagonistas, se nutren del crédito social que estar a la vista les produce. Sus motivaciones son extrínsecas (Muy Español esto de las apariencias).

Los invisibles, se nutren de la calidad de los resultados y la satisfacción de cada logro, personal o ajeno. Sus motivaciones son intrínsecas.

En cierta medida, esperar recibir el mérito por cualquier logro no deja de quitarle cierto brillo al hecho. Es como dar para recibir.

Lo reconfortante es saber que lideras sin querer encumbrarte por ello. Dar sin esperar nada a cambio.

Todo empieza por querer dar. Querer cambiar las cosas. Tener una visión. Si quieres liderar, lidera. Hazlo cada día, sin que nadie te vea.


7 de noviembre de 2013

El desorden natural de las cosas

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La teoría del caos: a medida que sube el nivel de energía, sube el nivel de desorden. Las partículas se agitan.

Asumimos compromisos. Nos trazamos retos. Ampliamos nuestros objetivos. Y aún así, no nos paramos lo suficiente para mantener el orden en el proceso.

Miro a mis clientes. Monitorizo a mis compañeros. Me observo. Todos tenemos las mismas intenciones, sanas eso sí, de crecer, mejorar nuestro servicio, tener más tiempo y vivir mejor.

La clave para lograr el objetivo reside nuevamente en nuestro interior. Nuestra capacidad de autocontrol es una herramienta infrautilizada cuando se trata de decir que no.

Decir que no a ese cliente desagradecido y caprichoso. Decir que no a ese reto que alimenta nuestra vanidad. Decir que no a ese jefe para trabajar mejor haciéndolo a tu ritmo.

Libro esta batalla por mantener el orden continuamente. A pesar de ilusionarme por nuevos retos, intento planificarlos en el tiempo, integrarlos en una agenda que cada vez tiene menos vida propia.

Me alivia pensar que estos picos de desorden, motivados por los incrementos en las cargas de trabajo y la consiguiente necesaria inyección de energía para atenderlos y estabilizarlos, tienen una solución práctica.

Me alivia saber que escribir sobre ellos es comunicarlo para dejar constancia. Es una advertencia que grita silenciosa.

Silencioso como el desorden. Silencioso como el cansancio. Vienen juntos.

Busca un nuevo momento para hacer balance. Busca una nueva oportunidad para equilibrar tu energía. 

Quizás esta sea la manera más fácil de evitar que te devore el caos.