El valor de los fracasos

Qué tienen en común Warren Buffet, Einstein y Steve Jobs?

Todos son grandes triunfadores que han cambiado la historia como resultado de sus grandes fracasos.

Warren Buffet quebró sus empresas en repetidas ocasiones antes de lograr mantenerse en la cima.

Einstein reconoció equivocarse cientos de veces antes de lograr su grandes descubrimientos.

Steve Jobs tuvo que perder Macintosh antes de cambiar el mundo con la i que precede los productos Apple.

De una manera más próxima, personalmente viví a través de la crisis considerando mis errores un terrible fracaso... En aquel momento me costaba pensar en Einstein,  Buffet o Jobs.

Y cómo puedes superar tus fracasos? Te propongo 4 pasos.

Reconociendo los errores.

Trabajando día a día.

Confiando en tí mismo.

Rodeándote de personas que refuerzan tu estrategia.

El primer paso te libera para actuar sobre lo que no funciona. Te permite identificar las áreas donde centrar tu esfuerzo y priorizar.

El segundo paso mantiene la mente ocupada. Somos lo que hacemos. Hacemos lo que queremos. Ver que hacemos nos demuestra que podemos.

El tercer paso es reconocerte el esfuerzo.  En situaciones de stress, donde la ansiedad y los niveles de serotonina impiden que entables un diálogo constructivo contigo mismo, repetirte tu valía es elemental para generar la reacción adecuada. Generar confianza.

El cuarto paso, como dirían mis queridos amigos Californianos, "can make you or break you." Algo como hacerte o romperte. Tus amig@s pueden mantenerte a flote o hundirte. Elígelos bien. Solo mantén cerca los que te brinden apoyo.

Recuerdo cuando en pleno sufrimiento, amordazado por la autocrítica y arrinconado por la culpa, la incomprensión de los que aún hoy no han aprendido a lidiar con sus fracasos, ofrecían comentarios soberbios e hirientes para paliar su baja autoestima.

Ellos tampoco recordaron a Buffet, Einstein o Jobs. Siempre tuvieron mas en mente a Ronaldo, Pitbull o Chiquilicuatre.

Cada fracaso es una lección para tu siguiente victoria. Lucha cada batalla con la experiencia de los fracasos. Gana cada victoria confiando en tus posibilidades.

Confianza plena

Equivocarse es humano. Es la via para lograr el acierto.

No supone una pérdida de energía y tiempo el insistir para conseguir lo que nos fijamos como metas. No supone una pérdida siempre y cuando nos comprometamos con lograr el resultado.

Lo interesante es saber reconocer el esfuerzo dedicado como una inversión rentable. 

Una inversión que puede ser cada vez más eficiente y más productiva. Solo hace falta centrarnos en ir mejorando como gestionamos nuestras emociones en el proceso. Me refiero a las emociones que nos restan energía como la desconfianza, el miedo y la envidia.

Parece que todo lo que se deje al azar, sin ninguna reflexión por nuestra parte, se puede convertir en una oportunidad perdida para pulir nuestra actitud hacia la autosuperación y el trabajo constante.

Trázate las metas con ilusión.

Conviértelas en algo en lo que consigues inyectar lo mejor de tí, algo a lo que no supone una carga emocional dedicarle tiempo, algo en lo que confías plenamente para hacerte feliz.

Déjalo estar

A quién admiras?

La pregunta es simple: A quién admiras?

Reflexiona la respuesta ya que en ella también podrás reparar sobre quien eres.

Hace años me impresionaban los grandes empresarios y los directores de empresas nacionales e internacionales que parecían poseer un conocimiento y experiencia inalcanzable.

Quizás influyó que mi padre fuera un alto ejecutivo de una multinacional española. 

Pero sin duda, los tiempos han cambiado. Las referencias han evolucionado. Ya no valen las apariencias.

Para la élite incompetente que ha manejado y maneja el destino económico de nuestra sociedad, resulta incómodo. Resulta un problema. 

El privilegio de ser heredero del esfuerzo de las generaciones pasadas hay que capitalizarlo o la inercia de las relaciones, los apellidos y el estatus social acabará evaporandose amenazado por una obligada productividad que está por venir.

La admiración, al igual que el respeto, no se exige, se otorga. 

Comprueba que admiras a la gente adecuada por los motivos adecuados. 

Si algo tiene de bueno atravesar esta crisis económica tan cruda, es la oportunidad de pararse a evaluar todo lo que hacemos. Un ejercicio para determinar si es elemental o estratégico para nuestro desarrollo personal o profesional.

Hace tiempo que deseo que nuestra sociedad cambie sus valores para basarse en la meritocracia.

A nadie le vendrá mal ganarse cada logro que llegue a su vida... Eso seria admirable!!

Estructuras autogestionadas

Si nos fijamos en la evolución de las organizaciones, con el paso del tiempo se ha ido buscando la horizontalidad frente a las estructuras piramidales.

Los sistemas verticales de gestión han demostrado que sirven muy bien el propósito de ejercer presión y mantener el control. Su gran debilidad es el sacrificio como contrapartida de cualquier chispa de innovación y creatividad, las habilidades más requeridas para competir en la economía actual.

Por el contrario, yo soy partidario de las estructuras autogestionadas. Una agrupación de profesionales con las mismas prioridades estratégicas, sus propias motivaciones intrínsecas y un talento agrupado difícilmente retribuirle para una empresa mediana o una pequeña gran empresa. El gran reto es la gestación del equipo.

"Por su parte, en la actividad definida como nuevos modelos de negocio se percibió como con potencial emergente de desarrollo el concepto de“empresa en red”, como un conjunto de empresas independientes, localizadas en cualquier lugar, que forman una alianza estratégica con el objetivo común de diseñar, fabricar y distribuir determinados productos y/o servicios." Informe Canarias 2020

Su incomparable valor reside en el bajo coste de energia invertido en conseguir resultados, tanto a nivel interno de la organización, como externo en cada interacción con los clientes.

La alineación estratégica permite contribuir a la ejecucion de la estrategia con cada acción individual de los miembros del grupo. Cada tanto individual suma al marcador del grupo. No hay rivalidad. No hay ineficiencia. Es una espiral de acciones que generan la inercia necesaria para que la organización siga en movimiento constante.

Cuanta energía le dedicas a conseguir motivar a tu equipo? Cuanta energía le dedicas a controlar el rendimiento de tu equipo? 

Piensa en cada miembro de tu equipo e imagina que tendría que ocurrir para ahorrar el esfuerzo invertido en ejercer esas tareas de motivación y control.

Tomemos un café. Es posible.

Ponte cómodo. Vamos al banco.

Lo común para los autónomos y empresarios PYME es no querer pagar impuestos. Viendo como los políticos que ganan las elecciones saquean los recursos públicos que tanto nos cuesta liquidar periódicamente, a pocos les apetece ser buenos conciudadanos... ya que nos roban, defraudemos nosotros.

Y de repente, hay que renovar las pólizas. Hoy mismo, en una visita al banco, el director de la oficina de uno de los bancos con los que trabajo habitualmente (poco, he de reconocer gracias al poco - en retorno - interés que demuestran en prestar un servicio diligente) se sorprendió porque en mi renta 2012 aparecía un resultado positivo.

"Claro!!", pensé. "Cómo pretendes que venga aquí a verte, a negociar una refinanciación, cuando los bancos de hoy no prestan atención a todo lo que suponga incrementar sus riesgos...", me contesté al pensamiento inicial. "Que irónico!"

Y seguí a la deriva... 

"La banca debe ser el único servicio en el que da completamente igual el cliente. Es algo similar a una extorsión asumida por la población, permitida por los políticos y alentada por los directivos.

En un entorno en el que la morosidad esta disparada a cotas supuestamente insostenibles, con la economía real saliendo lenta y dolorosamente de una recesión creada por los propios bancos con su mala gestión de los riesgos (los bucles de la lógica), los hay en el sector de la banca que comunican que han multiplicado sus resultados hasta 5 veces en comparación con el mismo periodo del año anterior. 

Es decir, a pesar de tener un gran volumen de créditos incobrables y unas provisiones contables tremendas, los beneficios se multiplican. 

Es un secuestro económico a la sociedad hasta que el sector se recupere. 61.800 millones de euros  en créditos de la EU, pagados con nuestros impuestos, inyectados a los bancos. 10.000 millones de euros negados a la educación. 10.000 millones de euros negados a la sanidad.

Y regresé a la oficina a la vuelta de mi viaje mental...

"Si es correcto. En anticipación a mis necesidades de financiación, declaro la renta real que resulta de mi actividad económica. Como puedes apreciar en la gráfica adjunta, se ha multiplicado por 5 en tres años. 

Pero ojo, te garantizo que ha sido a base de mimar a mis clientes, valorando sus inquietudes y prioridades para conseguir que sus situaciones profesionales y personales mejoren. Aunque ello me haya supuesto horas excesivas de trabajo y ofrecer mucho más de lo que pagan. Un interés genuino por ayudar." (Tenía el pitch preparado en la mente desde hace 2 meses, lo que había transcurrido entre el día que envié los datos que me solicitaron y el día en el que me senté a plantear la operación)

"Si claro, estamos en una etapa en la que hay que hacer esfuerzos para mantener los clientes. Si no se van a la competencia buscando mejores precios," me dijo él, sin reparar en lo que decía.

"Quizás mejor servicio," contesté. "Yo realmente no tengo ese problema. Hace tiempo que no compito en precio sino en calidad e implicación." Traslado su mirada de la pantalla a mi cara. El golpe fue certero.

Me sentí cómodo. Llevaba planificando la reunión desde Abril.

Tu primero

Cuando me senté frente al cliente, me di cuenta que había subido de peso. Tenia los ojos cansados y resoplaba mientras miraba en mi dirección con la mirada perdida. Parecía que no me veía. En ese momento intente comprender como había llegado a ocurrir esa situación...

Después de 4 años como cliente, se sigue gestionando el negocio igual que cuando nos conocimos. Con las mismas herramientas. La misma actitud. Sin una estrategia de crecimiento que le inyecte dirección, ilusión y energía al proyecto. 

Al faltar el tiempo, no hay planificación. Al no planificar, no hay control del tiempo. Las constantes interrupciones a una agenda aleatoria consiguen minar la paciencia y afectar la actitud. Ya cuesta sonreir. Cuesta pensar. 

Yo venía de la playa. Estaba fresco. Había conseguido, después de dos años soñando, dirigir mi proyecto profesional en una dirección innovadora con poca competencia. Una zona que suponía un reto tremendo pero a la que me empujaba diariamente una ilusión renovada. Trabajada a través de muchos momentos invertidos en la visión de la vida que quiero.

Decidí adaptar mi tono para calmarlo. Me había enviado un correo tenso que interpreté como una llamada de socorro. Anticipe tensión pero proyecte calma. Pasaron 3 o 4 minutos hablando de cosas banales y cambió su cara. Cansado pero más calmado, empezó a tratar sus inquietudes por orden.

Y el desorden nos asaltó. El operario entró, nos interrumpió y empezó una discusión porque no le habían avisado que tenia que hacer un reparto en la zona de la que venía. El empresario explotó, más costes.

Después de continuar la discusión, buscar culpables y conseguir desequilibrar su Karma y el del empleado, volvió a la mesa. Agotamiento.

Ocurre a menudo en las visitas a clientes. No todos pero la escena es común. No es que haya una fórmula magistral para generar tiempo pero el tiempo lo arañamos al día como el beneficio se araña de las ventas. Hay que dedicarle tiempo a aprender que hacemos con nuestro tiempo. Cada minuto cuenta. Pero sin prisas.

A menudo me preguntan como consigo desconectar tanto con la carga de trabajo que soporto. En reflexión, pienso que el saber que no hay nada en la agenda me relaja, dejando la mente libre. En esa libertad, sin darme cuenta, mi cabeza sigue procesando prioridades y buscando tiempo libre. Punset indaga en la actividad subconsciente en "Viaje al Optimismo", confirmando en cierta medida lo que ya intuía en la práctica.

Generar el ciclo no es fácil. Empezar en el gimnasio cuando estás en baja forma, tampoco lo es, pero es posible. Conseguir la reacción resulta ser cuestión de disciplina. Será con esta herramienta como podrás empezar a construir la estructura de hábitos que faciliten el cambio.

Piénsalo... Tu primero. Ordena tu semana y disfruta de cada día. Deja tiempo libre para que surja lo espontáneo. Reconoce cuanta parte tienes en el control del tiempo, de tú tiempo, y dale el valor que tiene.

Energia positiva. Cuidado con los agujeros negros.

Esta demostrado que somos energía. Necesitamos energía para fluir día a día. Inyectamos energía cuando compartimos ilusión. Reponemos energía cuando nos mimamos y dejamos que la mente sueñe como nos gustarían que fueran las cosas.

Y luego están los agujeros negros. Roban energía. Hacen que las entradas nunca sean suficientes. Se alimentan de la energía de otros. Roban su capacidad, mermando el saldo neto disponible.

Acabo de salir a respirar porque me entraron náuseas por la falta de energía. Una hora escuchando a un agujero negro hablar y casi no podía mirar la pantalla.

Alerta!! Escanea tu entorno e intenta identificarlos cuanto antes.

No podemos construir ningún progreso, lo cual siempre requiere energía, energía, entre otras cosas, con la amenaza que representa la presencia de un agujero negro en el equipo.

La decepción como arma

La verdad es que la decepción es un arma de doble filo. Según se adopte una postura de víctima o protagonista, esta emoción puede frenarte, hundiendo te en tus expectativas, o lanzarte a una acción mejorada para alejar la sensación de fracaso.

Reconozco que pararse a identificar la emoción y aislarla no es fácil. Quizás ahi este el mérito como ejercicio de desarrollo personal.

Parate, observa. La decepción sentida tiene su origen en las expectativas creadas. Puedes pensar que no somos víctimas sino responsables y protagonistas de nuestra propia anticipación de los resultados.

Ya tuve que lidiar con una enorme decepción por hacer una mala estimación de los acontecimientos. Un ejercicio duro y cruel para aprender la lección, pero sin duda útil para continuar el camino.

Párate, observa. Dentro tienes la llave para gestionarte mejor, con menos esfuerzo emocional.

Escuchar mejor para generar más tiempo

Hace tiempo que para entender bien a los clientes con los que hablo intento escuchar con detenimiento. Aprecio que la mejor manera de interpretarlos correctamente es fijándome en su lenguaje corporal. Sentir su estado de ánimo a través de sus gestos, su mirada y su tono de voz. Todo con un fin en mente.

El resultado, en la mayoría de los casos, es positivo por lograr detectar sus inquietudes con mayor facilidad. Sincronizarme con ellos me permite ofrecer mejores soluciones técnicas en cuanto a lo que sus negocios requieren. Estas soluciones consiguen alejar sus temores más inmediatos y generar calma o objetividad.

Ciertamente, hace falta la primera para obtener la segunda. Es, finalmente, en este estado calmado en el que más progresos consigo como su consultor al incrementar su receptividad a las propuestas que transmito. Por norma, las propuestas siempre se enfrentan a la resistencia habitual generada por los hábitos aprendidos durante el ejercicio de su actividad. Lo frecuente es que, con el ánimo de mantener la actividad en marcha, no se le preste la suficiente atención a los parámetros de gestión de la empresa que harían de la actividad un esfuerzo más rentable, tanto en dinero como en tiempo.

Realmente, ese es el objetivo: generar resultados tangibles de alto valor añadido. Y el que más valor tiene, tiempo libre.

Que mejor resultado que tener tiempo para hacer las cosas que necesitamos y actualmente no podemos. Apuesto por las estrategias que facilitan dedicarnos tiempo (el que nos falta) a nosotros mismos de la manera que elijamos. Acciones que generen la calma necesaria para reconocer que hay que invertir en nosotros mismos constantemente.

Todo empieza con escuchar bien. Escucharnos bien. Conseguir la calma para ser receptivos a nuevas soluciones. Dejar que los cambios surtan efecto. Disfrutar del proceso y sentir como podemos conseguir los objetivos que deseamos sin grandes trastornos.