Será complicado, me oigo pensar. Y también me rebato en lo profesional, ¿y el dinero no importa?
Pues no tanto como seleccionar clientes que confían en tu trabajo. No dejar que sean ellos quien te seleccionen a ti exclusivamente.
Cuando oí la expresión "despedir al cliente" entendí que ocurre lo mismo en nuestras vidas.
Llenamos nuestras vidas de rutinas, cargas emocionales, objetivos y personas. Acumulamos continuamente. Y luego llega un día en el que no cabe nada nuevo y nos resentimos.
Nos sentimos saturados de "cosas" y faltos de tiempo, sobre todo, para nosotros mismos.
Lo mismo pasa en lo profesional. Trabajamos duro, captamos clientes, facturamos más, hacemos cosas nuevas, más cosas en total y se llena nuestra agenda. De nuevo falta el tiempo.
Llegados aquí, me reafirmo en que es necesario "limpiar el armario". Hacer espacio para cosas nuevas.
Quedarnos con lo que más nos llena y lo que nos permite dar lo mejor de nosotros a los elegidos que decidimos retener.
Somos libres. Libres de decidir y de confiar. Siempre todo me lleva al mismo sitio... De nuevo, la confianza.
Saulo, genial que plantees esto. Muchas personas se ven exitosas por la 'cantidad de cosas en las que estoy' pero no se detienen a 'sentir' si tienen calidad o no.
ResponderEliminarDespedir al cliente. Es necesario. En mi caso porque al llamarlo 'cliente' ya no empatizo con sus necesidades, no me interesa que le interese mi punto de vista o mi aporte a su empresa o negocio.
Que bueno leerte, es escucharnos.
Hola, os leo y me escucho.
ResponderEliminarEste tipo de fechas de principio y fin pueden ser muy útiles para generar punto de inflexión.
Efectivamente mirar el armario y seleccionar que no usas, que no usarás mas.
Es un ejercicio más, en este caso de sinceridad.
Solamente dejando ese espacio vacío, accedemos a que lo nuevo entre.
Confiar para poder elegir.