Controlarse a uno mismo ni siquiera está al alcance de todos. Este supuesto no es cuestión de autoridad, es cuestión de compromiso.
Controlar los resultados, igualmente, tampoco depende de la autoridad, depende del grado de conocimiento, la dedicación y el esfuerzo.
Controlar a las personas, como parece más lógico aún, tampoco depende de la autoridad. Observamos como nuestro gobierno intenta utilizar su autoridad para ejercer control pero no lo consigue porque ha perdido su valor moral.
Tener la autoridad para ejercer cualquier tipo de control solo puede tener éxito si dicha autoridad ha sido otorgada.
Algo similar ocurre con la confianza o el respeto. No puedes hacer que confíe en tí o te respete si no considero que te mereces semejante obsequio.
Detrás del afán por tener la autoridad sólo puede haber emociones como el miedo o la desconfianza.
Por el contrario, ejercer el control es dominar las variables. Entender las reacciones y administrar los estímulos. Observar con perspectiva y llegar al detalle.
Controla tu vida sin necesidad de ejercer ninguna autoridad.
totalmente de acuerdo. el control es miedo encubierto.
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